LIMITES DEL CRECIMIENTO, 30 AÑOS DESPUES.

La salud económica de un país se mide bajo el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), cada vez que se tala un bosque o se perfora un pozo para la explotación petrolera se incrementa el PIB, con la construcción de una nueva carretera, la construcción de una nueva casa “se fortalece la economía”. Es fácil y cómodo acostumbrarse a los bienes materiales que producen crecimiento, más dinero, más bienes de consumo, más gasto energético, etcétera, sin embargo, existen males ocultos en este pensamiento desarrollista, ya que por una parte, se externalizan los costos asociados con la degradación del ambiente y por otra ¿quien se atreve a denunciar como un mal el crecimiento económico y el desarrollo de una nación?

El término crecimiento con su connotación cuantitativa y el desarrollo con su connotación cualitativa, tienen un principio orgánico en común de la biología evolucionista que difícilmente es cuestionable, ambos conceptos se inscriben en el ideal de mejorar las condiciones de vida de la sociedad bajo discursos que prometen creación de cercanías o reducción de tiempo entre comunidades distantes; garantía de empleo y mejoras económicas de la sociedad en general; pero nada más distante de ello, el crecimiento presenta claros límites y el desarrollo nunca a disminuido la cantidad de pobres y mejorado las condiciones de felicidad de una comunidad o país.

A principios de los años setenta, un grupo de empresarios preocupados por mantener el crecimiento económico de sus empresas, mandó realizar un estudio al Instituto Tecnológico de Massachusetts (Massachusetts Institute of Technology), el resultado del trabajo fue publicado bajo el título de: Límites del Crecimiento, obra que marcó con una huella indeleble el pensamiento ecologista hasta nuestros días. El impacto de este estudio demostró que en un planeta finito no pueden existir recursos infinitos, lo que planteó claros límites en la extracción y consumo de recursos naturales, y denunció la incapacidad de la humanidad por modificar las tendencias consumistas creadas bajo la ideología del progreso capitalista; sin embargo, las críticas no se hicieron esperar, se denunció de alarmista el estudio y se trató por todos los medios de menospreciar este trabajo desarrollado por los esposos Meadows con una serie de argumentos en su contra, veinte años después, en los años noventa, se presentó una actualización al trabajo de límites con mejores condiciones de información, en donde se presentaba una mejor modelación de las tendencias en el consumo de bienes y servicios, observándose los mismos escenarios previstos años atrás: una caída en la curva de energéticos a la que le sigue una caída en la curva de recursos; y a pesar de que la curva de población se logra estabilizar (entre 10 mil millones de personas para el año 2050) en el mediano y largo plazo también se da una caída en esta curva.

Visto desde la óptica de la racionalidad económica no existe mayor problema, sólo se trata de ajustar variables y desarrollar instrumentos tecnológicos con nuevos recursos que modifiquen los escenarios presentes en los modelos de límites; sin embargo el problema ecológico presente detrás de estos escenarios no se puede ocultar, se manifiesta bajo el telón del calentamiento global, la extinción masiva de flora y fauna y la contaminación del aire, agua y suelos en todo el planeta. Si se analiza detenidamente los escenarios previstos por este estudio, una posible caída en la curva de la población mundial significaría crisis políticas y sociales de vastas proporciones que ponen a la humanidad en la encrucijada incluso de su propia supervivencia.

Actualmente fue publicado un tercer informe de límites del crecimiento a treinta años de su primera aparición, este trabajo debería lograr una profunda reflexión en quienes aun creen que las bondades del crecimiento económico y en la falacia del desarrollo social; debería ser la primera obra de consulta para quienes se adentran en los estudios ambientales o en quienes ondean la bandera del ecologismo como estrategia de lucha social; afortunadamente bajo el eslogan del descrecimiento existe un grupo de intelectuales que pueden ser una alternativa viable para alcanzar los mejores escenarios que existen en los modelos planteados en límites del crecimiento.

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