Organizaciones ecologistas, un mecanismo de fortalecimiento institucional

INTRODUCCIÓN
Es alarmante el deterioro del ambiente, el cual muestra una degradación constante de nuestro entorno y no da señales de recuperación; por el contrario, presenta un evidente agotamiento del patrimonio natural bajo los efectos nocivos de la industrialización y el crecimiento económico.
El aumento en el consumo de combustibles fósiles, la tala o quema de bosques, la intensidad del cambio de uso de suelo, entre otras acciones negativas de la modernidad, son indiscutiblemente reconocidas como promotoras del cambio climático que tiende hacia el incremento acelerado en la temperatura del planeta.
Bajo este escenario, se proponen acciones para mitigar y adaptarse a un entorno de climas extremos. Asistimos a una normalización e institucionalización de lo ecológico, en donde complejas prácticas discursivas e institucionales se desarrollan cotidianamente. Desde el ámbito oficial se definen como representaciones únicas y legítimas para regular o controlar a quienes atentan contra el deterioro de los ecosistemas.
Estas prácticas normativas e institucionales, para el “adecuado manejo del ambiente”, no se gestan unilateralmente, por el contrario, se producen bajo disputas significativas y referenciales, que generan diversas formas de resistencia social, por ejemplo, en el cómo debe ser entendida y manejada la naturaleza; particularmente, en la formulación y ejecución de las diversas acciones sectoriales de la política del desarrollo sustentable.
La apuesta por la sustentabilidad estandariza nuestras estructuras cognitivas, y limita a reflexionar lo ambiental bajo una óptica en donde los peligros, retos culpas y responsabilidades, son compartidos en un mundo en crisis. En muy pocas ocasiones se cuestiona el mito de la modernidad, la globalidad e imperialismo, la mundialización económica y la consolidación de la doctrina iluminista del capitalismo global.
Tampoco se cuestiona la forma en que entendemos desarrollamos nuestra democracia representativa lo que permitiría explorar nuevas opciones de democracia en donde se pueda incluir el tema ambiental como una variable fundamental dentro de este proceso.
Sin embargo, existe un sector de ecologistas , quienes retoman la discusión en torno al tema y se lanzan frente a este unilateralismo institucional y normativo.
Bajo este escenario, diversos actores sociales en el ámbito ecológico enfrentan el discurso oficial en el manejo del ambiente, lo hacen, apoyándose con diversas posturas teóricas de autores en quienes encuentran una importante herramienta para fortalecer sus acciones contestatarias, y sus propuesta de cómo debe ser entendido y manejado el tema.
(Fracmento de la ponencia por presentar en el COLMEX, 17 y 18 de febrero 2011

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